sábado, 12 de junio de 2010

Influencia De La Iglesia


Durante el siglo XVIII la iglesia fue esencial para el desarrollo del país, el hecho de que los monjes fuesen los encargados de educar a la población le dio a la iglesia un gran poder en la época, tan grande fue su influencia que existieron hechos como que la iglesia poseía grandes cantidades de riqueza debido a las capacidades que tenían los monjes jesuitas en cultivar las tierras, el hecho de
que estos hayan tenido influencias desde Europa les permitía implementar lo ultimo en tecnología de cultivo es post de perfeccionar sus haciendas.
No solo fue el dinero lo que importo, al ser los jesuitas los encargados de educar... la salida de estos mismos a finales del siglo XVIII marco un gran retroceso en el país ya que se estaba expulsando a los hombres que más cultura manejaban dentro de la sociedad de nuestro país.
Debido a estos hechos ya nombrados, la iglesia obtuvo un gran auge en la época, marco tendencias y fue un patrón de suma importancia para el crecimiento de nuestro país, tal llego a ser la importancia de esta que las unicas fiestas celebradas en el país eran las religiosas como el Corpus Christi y la del Apostol.






Aristocracia En el Siglo XVIII


A lo largo del Siglo XVIII los criollos ya concentraban gran parte del poder económico de Chile, pese a que aún no lograban ocupar los altos cargos políticos que seguían reservados para los peninsulares.
El grupo de españoles era renovado constantemente, esto por la llegada de peninsulares que venían a ocupar cargos políticos o a probar suerte. La aristocracia se va abriendo y aceptando a nuevos integrantes debido al arribo de diversos grupos españoles, especialmente vascos. Ellos se enriquecen rápidamente por su habilidad comercial y se mezclan con la antigua aristocracia castellana formándose la aristocracia castellano-vasca, que será la que tendrá poder político, económico de los siglos XVIII y XIX.
Durante el siglo XVIII comenzó a gestarse en los criollos un cierto malestar. La manera en que eran tratados y las nuevas ideas que empezaron a llegar desde Europa hicieron nacer en ellos una inquietud que poco tardara en expresarse.


Llegan a Chile los Gobernadores Preparados


Con las reformas Borbonicas se cambio el estilo de gobernar, los gobernadores que empezaron a llegar a Chile en el siglo XVIII eran completamente diferentes, estos nuevos cabecillas del país tenían los estudios necesarios para poder tomar decisiones acertadas las cuales le dieron a Chile un mayo crecimiento durante este siglo.
Hechos como la creación de ciudades, el nacimiento de las obras públicas y otra serie de medidas tomadas por estos gobernadores le permitieron a nuestro país experimentar un claro crecimiento social y político.

Destacan obras como:
  • Se crea sistema de Regadío y cementerios
  • Se fundas ciudades como: San Felipe, Los Ángeles, Talca, San Fernando, Illapel, Vallenar, Linares, Parral y Constitución
  • Se abolió la encomienda y sustituyo el Real Situado
  • Se fundaron Universidades como por ejemplo, Universidad de San Felipe.


domingo, 23 de mayo de 2010

Personajes tipicos

El aguatero, como su nombre lo indica, vendía agua. Era un personaje muy importante para los barrios porque en esa época no había cañerías que transportaran el vital elemento a las casas, por lo que las personas dependían exclusivamente de este señor para asearse y beber. Con la llegada del servicio de agua potable en 1900, el oficio de aguatero empezó a caer en desuso y desapareció.`



El LecheroVendía leche en pequeñas ánforas de hojalata, que transportaba sobre una mula.


La Lavandera:Las lavanderas cobraban por lavar la ropa. Iban con un gran canasto a lavar a las fuentes de agua.



Los suplementeros:Los suplementeros eran los vendedores de diarios, muchas veces niños que pregonaban a voz en cuello las últimas informaciones. Tal como sucede en nuestros días, la demanda por diarios y revistas aumentaba ostensiblemente en épocas electorales, durante las campañas parlamentarias y presidenciales.



Los carniceros callejeros:Estos eran carniceros ambulanres, también llamados 'muleros de la carne', que llevaban pedazos de carne sobre alforjas a los costados de la mula. Caminaban detrás del animal con un gran cuchillo para trozar, gritando: 'carne de vaca' o 'carne de cordero' según el caso. Según testimonios de la época, los pedazos de carne tenían un aspecto sucio, y eran seguidos por un enjambre de moscas.



Vendedor de pasto:Otro personaje importante era el vendedor de pasto, que sentado sobre su carga…No existía aún la costumbre de secar el heno y de venderlo aprensado, por lo cual se vendía el pasto verde y recién cortado. Este era un buen oficio, pues los caballos abundaban en la ciudad.



Los 'polleros':Andaban a pie con las gallinas vivas y cacareando al hombro. Las autoridades los obligaron a llevar a las aves en canastos o cajones, y mas tarde se les exigió vender sólo en los mercados.



Veleros:Al atardecer aparecían los veleros en las calles con una vara al hombro de la que colgaban velas. Iban gritando: '¡velas de sebo!'. Como no había luz eléctrica las velas eran la única forma de alumbrarse en la noche.



Hojalateros:¡Bacinicas de hojalata muy baratas!', gritaba el hojalatero al anochecer, y con eso ya sabes lo que vendía. Pero además arreglaba utensilios de metal, ollas y tiestos a domicilio.
Los petaqueros: Eran panaderos ambulantes, contratados por las panaderías para vender el pan en la calle. Lo trasladaban en recipientes de cuero tapados y envueltos en un paño blanco.



Cataneros:Eran policías civiles que cuidaban las calles durante la noche, un servicio de seguridad compuesto por los vecinos, que se organizaban para detener a los delincuentes. También se les llamaba celadores, y llevaban un sable.



Dulcero:Este simpático señor paseaba por la calles vendiendo dulces y pasteles en un canasto de mimbre.



Heladero:El heladero vendía helado, pero no el helado que crees tú. Se trataba más bien de hielo picado con azúcar y jugo de frutas. Lo transportaba en un balde acondicionado para que no se derritiera y los iba sirviendo con una gran cuchara.

Matrimonio Mapuche.

Matrimonio Mapuche.
Esta demanda de cierta rigurosidad protocolar sólo se da entre las familias de los novios. Es por eso que si usted es invitado no debe preocuparse de tantas formalidades.
La ceremonia de casamiento tiene una duración de aproximadamente 5 horas, donde comparten las 2 familias respectivas de los novios y arreglan cuentas respecto al matrimonio.
Una vez, que es aceptado el novio y llegan a un acuerdo, lo hacen pasar al recinto de la ceremonia; dando paso al mizagun. Luego de esto, las familias se separan comenzando la celebración, donde el novio se lleva a la novia a compartir con su familia, quedando la familia de la novia en otro sector.

La vida cotidiana en la colonia

Eliminar formato de la selecciónSociedad dividida en castas que llega a constituirse en una verdadera PICTOCRACIA cada sector tenia muy delimitado el ámbito en que podían participar, lo que era seguido estrictamente Así ámbitos tan sencillos como las fiestas eran para cada grupo muy distintas. Mientras el sector mas popular de la sociedad se divertía en los valles con competencias, apuestas o carreras, la aristocracia se reunía en torno a exclusivas reuniones sociales donde debatían en trono a los rumbos del naciente país.
La Iglesia, el trabajo de evangelización queda atrás y esta institución se trasformara en un regulador de la vida tanto pública como privada. La moral, lo bueno y lo malo, etc. estaban determinados por los conceptos establecidos por la iglesia.

La vida en la ciudad, las principales ciudades fueron La Serena, Santiago y Concepción. Una vida muy reglada pero que tenían espacios para la distracción y reunión social como fueron LA PLAZA y las CHINGANAS.


La vida Rural: la mayor cantidad de población se concentro en el sector agrícola, ahí, la vida estaba marcada por los ciclos propios de la naturaleza que determinaban la agricultura: Es así como a partir de ellos se organizaban las diversas fiestas que reunían a todo este amplio sector popular de la población. La trilla, la vendimia, la deshoja de maíz, y el rodeo eran trabajos que se transformaban en verdaderas fiestas donde los cantores populares o payadores eran los protagonistas.




La accion eclesiastica



La acción de la Iglesia
Debido a la Guerra de Arauco, en Chile la dominación española se afianzó sólo en territorios ubicados al norte del río Biobío. Fue allí donde se desarrolló la vida colonial y se consolidaron los diferentes grupos sociales, los cuales tienen modos y conductas de vida propios. Estos grupos se diferencian por su origen, o bien, por los medios económicos de que disponen. Esta actividad en su conjunto forma la sociedad colonial.
En la época colonial cohabitaban distintos grupos raciales que ocupaban un lugar en la sociedad, relacionados con los derechos y actividades que ejercían.
¿Indígenas creyentes?
En el plano religioso, en el Chile colonial la base de la organización eclesiástica eran los obispados de Santiago y Concepción. Desde tempranos años se contó con diversas órdenes religiosas: la Merced, San Francisco y la Compañía de Jesús. Una de las principales tareas de la Iglesia fue la conversión de los indios.
Desde el comienzo de la Conquista, la misión evangelizadora quedó en manos de los religiosos. El predicador iba con los ejércitos y el indígena apenas podía distinguirlo del conquistador, que diciéndose también apóstol del cristianismo, quería con el velo de la fe cubrir sus ambiciones, avaricias y crueldad. Para el misionero no resultaba fácil predicar sobre la caridad y la mansedumbre en medio del humo de la pólvora y de las espadas.
¿Cómo podían entender los indígenas la divina bondad de Dios mientras eran esclavizados por los encomenderos y los soldados los aplastaban bajo los cascos de sus caballos?
¿Cómo podían identificar los indígenas al sacerdote que les enseñaba el cristianismo y al soldado que les arrebataba sus bienes y su libertad? Muchas veces confundía a los dos en un mismo odio y en una misma maldición.
La situación del indígena provocó serios conflictos entre la Iglesia y las autoridades. El jesuita Luis de Valdivia tomó como una empresa personal la protección de los indígenas contra los abusos de soldados y encomenderos. Los primeros seis jesuitas del grupo de Luis de Valdivia dieron el ejemplo y su acción evangelizadora costó la vida de los primeros mártires.
La Compañía de Jesús
De las órdenes religiosas, la Compañía de Jesús logró, en el siglo XVII, el desarrollo más espectacular y el mayor influjo sobre las autoridades y los pobladores. Para desarrollar su acción religiosa y cultural la Compañía contó con sus propios recursos económicos sobre la base de cuantiosas donaciones que le permitieron acumular una gran riqueza. Según su visión del mundo, "la tierra es un don dado por Dios a los hombres y es un deber cristiano hacerla fructificar con el trabajo".
Tuvieron los jesuitas alrededor de cincuenta haciendas, ganado, siembras, viñas, numerosas industrias: molinos, curtiembres, bodegas elaboradoras de vino, fábrica de cal (La Calera), astilleros (en el Maule), alfarerías; y aun mantenían un comercio de exportación al Perú (sebo, charqui, vinos y aguardientes). Disponían de carnicerías y de las únicas boticas del país. Disponían de unos 1.300 esclavos negros en sus haciendas. Sin duda, los jesuitas pasaron a ser en este siglo la primera potencia económica de Chile.
En el año 1600, por escritura pública, otorgaron los jesuitas lo que podría llamarse el primer "contrato de trabajo" chileno, donde se comprometían a respetar condiciones mínimas de remuneración para sus propios indios de servicios. Ellas incluían el salario familiar, la jubilación por edad (cincuenta años), una pensión a la viuda en caso de fallecimiento del indígena, una jornada laboral limitada, auxilio médico, enseñanza gratuita, etc.
Naturalmente, estas últimas medidas no parecían muy compatibles con el hecho de poseer los jesuitas una notable cantidad de esclavos negros, pero esta contradicción moral era común en la época.
Con igual intensidad y energía se dedicaron al servicio religioso, al culto, a la confesión y a la enseñanza.
Hacia 1650, medio siglo después de su llegada, casi la mitad de los casi 114 miembros de la orden eran personas nacidas y educadas en Chile, por lo tanto llevaron apellidos criollos como: Fuenzalida, Gómez, Molina, etc. La influencia de los jesuitas penetró en todos los sectores sociales, desde los esclavos negros hasta la aristocracia. (Padre de las casas un defensor indigena)
Su expulsión
En 1767, el Rey de España Carlos III decretó su expulsión de todos los dominios coloniales españoles. El decreto no daba razones para justificar una acción tan grave, sólo aludía vagamente a causas "urgentes, justas y necesarias que reservo en mi real ánimo". Su orden se cumplió en Chile con rapidez, exactitud y sigilo, en medio de la expectación, tristeza y el descontento de la población.
La educación
En Chile fueron los Cabildos y órdenes religiosas los que abrieron los primeros establecimientos de instrucción primaria. En ellos se enseñó a leer y a escribir, más algunos rudimentos de aritmética y catecismo.
Los sacerdotes eran las personas más cultas de la época; por eso, la enseñanza tuvo una sólida base religiosa. Ellos impartían la enseñanza, destinada a los niños de las familias adineradas. Se destacan también en este periodo en la educación las órdenes de los mercedarios y franciscanos quienes formaron escuelas en Concepción, Osorno, la Imperial y Valdivia.
El primer colegio fundado en el país es el Seminario de La Imperial, en 1568. La primera escuela de la gramática se funda en 1591 en el convento de Santo Domingo, posteriormente en 1596 los Jesuitas abren otra escuela de gramática.
Los Jesuitas y Dominicos siguieron impartiendo grados académicos y los colegios jesuitas recibieron el mayor caudal de alumnos.
Los Jesuitas fundaron un internado para jóvenes aristócratas: el Convictorio de San Francisco Javier. Allí hizo sus primeros estudios Alonso de Ovalle y también el abate don Juan Ignacio Molina. Tras la expulsión de esa orden religiosa del país, en 1767, el internado, mantenido por el Estado, se transformó en el Convictorio Carolino.
Las escuelas de gramática de los dominicos y jesuitas seguían a las escuelas primarias. Gozaban éstas de una categoría más elevada. Sus programas se centraban en el estudio de la gramática, filosofía, retórica y latín, que habilitaba para los estudios superiores.
Cada orden religiosa mantuvo estudios para la formación de los sacerdotes y se crearon los seminarios de Santiago y de Concepción.
Universidades Pontificias
Hay constancia de que en el siglo XVII funcionaron en Chile tres centros de enseñanza superior, con categoría de universidades pontificias, que tenían un carácter eminentemente eclesiástico. El Colegio Máximo San Miguel de los jesuitas y la Universidad de Santo Tomás de Aquino de los dominicos, ambas en Santiago; mientras que en Concepción funcionó durante 43 años la Universidad Pencopolitana dirigida por los jesuitas. Ofrecían grados de filosofía y teología como preparación para el sacerdocio.
Estas Universidades Pontificias constituían para el sacerdote y el laico el mayor timbre de honor que se pudieron dar.
Descuidaban casi totalmente el conocimiento de la naturaleza física, de la que sólo se preocupaban si pudiera relacionarse con teología.
Alonso de Ovalle.
Consideraba al magister como conocimiento esencialmente religioso, en el sentido de que la iglesia era el poder docente.
Gracias a las gestiones del Cabildo de Santiago, se obtuvo la autorización del Rey Felipe IV para la fundación de la Universidad de San Felipe (1758) que podía otorgar los grados de bachiller y doctor. Esta se inauguro con la autorización de la Universidad de San Marcos (Lima), esta Universidad imprimió en Chile una tónica de cultura, elegancia y beneficio al clero y a la sociedad Chilena ya que no necesitaba viajar a Lima para obtener los títulos académicos.
Hacia fines de la Colonia se fundó la Academia de San Luis, donde se enseñaba matemática, geometría, química y dibujo, etc. Tuvo el mérito de ser el primer Instituto de Enseñanza Técnica de América.
Escuelas de Indígenas
Debido a la necesidad de convertir a los indios a la fe católica, se abrió en Penco un curso de lengua araucana, pero no duró por la escasez de alumnos.
También se mandó a hacer una escuela donde los indios aprendiesen castellano, tal fue el Colegio de Naturales de Chillán (1697).
Cultura
Cuando hablamos de cultura colonial nos referimos a lo que se relaciona principalmente con las obras literarias, expresiones artísticas, costumbres, ritos y fiestas que se realizaron en la época colonial, los cuales permiten otorgar identidad a un pueblo. En la época colonial se escribieron muchas crónicas, que eran relatos que buscaban dejar el recuerdo de los hechos y los acontecimientos más importantes. Entre las más destacadas se cuentan "El cautiverio feliz", de Francisco Núñez de Pineda y Bascuñan, que nos relata pormenores de la vida de los araucanos. El padre Alonso de Ovalle en su "Histórica Relación del Reino de Chile" nos describe con gran cariño las ciudades y costumbres de la Colonia.

La sociedad española

Por Colonia se entiende el período histórico que en Chile se extiende desde 1598 hasta 1810, en el cual la corona española gobernó estos dominios imponiendo sus instituciones y costumbres.
La vida colonial se desarrolló en los territorios ubicados al norte del río Biobío. Allí se consolidaron los diferentes grupos sociales, cada uno con un modo de vida propia. Estos grupos se diferenciaban por su origen y por los medios económicos de que disponían. Debido a ello, las clases sociales estaban muy bien definidas.
Españoles y descendientes
No era un grupo numeroso, debido a que en general fueron pocos los españoles que se avecindaron en América. Los españoles que venían directamente desde España recibían el nombre de peninsulares y generalmente ocupaban cargos en el gobierno, estaban relacionados con la Iglesia o bien al Ejército, o se dedicaban al comercio. Los hijos de españoles nacidos en América recibían el nombre de criollos.
La aristocracia estaba integrada por los peninsulares y los criollos. Ellos eran los dueños de las tierras por ser descendientes de los conquistadores. Además, tenían el poder en sus manos, gozando de relativa riqueza y de un buen nivel cultural. Ellos optaban a los cargos públicos.
Había también blancos que pertenecían a los sectores medios de la sociedad. Se trataba de comerciantes y artesanos, escribientes y oficiales del ejército que habían llegado después de la Conquista. Su nivel cultural era inferior al de los aristócratas y no tenían influencia alguna en las decisiones de gobierno.
Indígenas
Una vez terminada la Conquista, los españoles se establecieron definitivamente en el territorio comprendido entre Copiapó y el río Biobío. Los indígenas que habitaban en este territorio fueron repartidos en encomienda para que ejecutaran los trabajos forzados que los conquistadores requerían. La mayor parte de ellos murieron durante el primer siglo de la Conquista, debido a que fueron robadas sus tierras, y obligados a trabajar en condiciones muy malas, realizando trabajos muy pesados, como los lavaderos de oro.
Como estaban débiles eran presa fácil de las enfermedades que trajeron los conquistadores, desconocidas para ellos. Periódicamente la viruela, el tifus, el sarampión, la peste bubónica y la gripe atacaban a la población, disminuyéndola notablemente. A ello se suma la separación que hacían los colonizadores de las familias indígenas: muchas veces marido y mujer vivían en lugares distintos y no tenían hijos.
Con el tiempo, rápidamente los aborígenes perdieron los rasgos característicos de su cultura, adoptando el idioma y la religión de sus conquistadores
A pesar de que la Corona hizo amplios esfuerzos por proteger a los indígenas, sus medidas resultaron inútiles, quedando este grupo reducido a su mínima expresión.
Mestizos, mulatos y zambos
Los mestizos surgieron del contacto entre los conquistadores españoles y ]as mujeres indias. Como prácticamente no vinieron mujeres españolas a Chile (sólo podía venir a América si estaban casadas), los conquistadores tomaban a mujeres indias con las que procreaban hijos de sangre mezclada. Había españoles que tenían más de diez hijos con diferentes mujeres indias. Los mestizos se unían a su vez entre sí aumentando cada vez más su proporción, convirtiéndose en el grupo más numeroso.
Los mestizos vivían principalmente en el campo, donde trabajaban como peones y también realizaban trabajos en las minas. Llevaban una existencia muy pobre, debido a que faltaban lugares de trabajo y a que frecuentemente se entregaban al ocio y al vicio.
La posición de los mestizos era difícil, pues no tenían una identidad clara, ya que desarrollaban lealtades tanto hacia los españoles como hacia los indios, grupos de por sÍ antagónicos. Una suerte similar corrían los mulatos y zambos, los que tampoco ocupaban un lugar muy definido en la sociedad.
Negros
Muchos de ellos llegaron al país como esclavos de los conquistadores. Resultaban servidores muy fieles debido a que despertaban el recelo de los indígenas y a que, por su color y la marca que tenían en la mejilla, eran fácilmente distinguibles.
Cruzamientos raciales
Prácticamente no podían huir, pues rápidamente eran apresados y restituidos a sus amos. Más adelante, durante el período colonial, se convirtieron en sirvientes de las casas. Muchos de ellos eran diestros artesanos.
También se les asignaba trabajo en los lavaderos de oro y en las estancias, donde se desempeñaban como capataces, bodegueros o encargados del ganado. Las mujeres se dedicaban a las labores domésticas, la preparación de pan o a la confección de prendas.>
En general, los esclavos eran bien tratados ya que resultaban muy caros. Su alto precio se explicaba por la dificultad para traerlos a un país tan apartado.
En ocasiones los esclavos eran arrendados a otros españoles para que ejecutaran determinados trabajos. Algunos se empleaban en sus horas libres, recibiendo un salario por ello. Si lograban el dinero suficiente, podían comprar su libertad, al cabo de muchos años.
Además de las mezclas raciales citadas, en la América colonial existían otras con nombres bastante extraños.
Una profunda fe en Dios, en la Virgen María y en la corte celestial alumbró el mundo espiritual del conquistador y del criollo. La inspiración espiritual reposaba también en una acentuada fidelidad al magisterio de la Iglesia. La estrecha unión con el Estado confundió los fines de ambos que aparecieron, por así decirlo, actuando en un solo sentido. Esta comunión provenía desde tiempos remotos, cuando la religión había hecho posible la unificación de España.
Ignacio de Loyola.
Fueron en su mayor parte teólogos españoles los que fijaron en el Concilio de Trento la nueva disciplina y organización de la Iglesia y la fundación de la Compañía de Jesús por el vasco Ignacio de Loyola. Había una nueva cruzada y España mantuvo un fervor místico que aparecía totalmente decaído en el resto de Europa.
La teología fue el cauce inspirador de las grandes decisiones y el gobierno, las leyes y en alguna forma la economía, debieron amoldarse a sus dictámenes.
La Iglesia como institución tuvo una importancia capital en el mundo colonial, compartió directa o indirectamente con las autoridades civiles las responsabilidades de gobierno. La Iglesia estuvo vinculada al Papado y a la monarquía. Los reyes en su calidad de católicos amparaban y apoyaban a la Iglesia, a la vez que tenían algunos derechos sobre ella. Es lo que se ha denominado Derecho de Patronato.
Conforme a este sistema, los reyes proponían a Roma a los eclesiásticos que debían ocupar los altos cargos. Obispos, canónicos, etc. Sólo el Rey podía autorizar la construcción de iglesias, capillas, conventos. A su vez, proporcionaba los fondos para todos los gastos, cobrando por su cuenta el derecho del Diezmo.

(Ignacio de Loyola)

Las reformas borbonicas

Al morir en el 1700 el rey Carlos II se extinguió la dinastía de la Casa de Austria (porque no dejó descendencia) en España. A raíz de esto, la corona quedó a cargo de un nieto de Luis XIV de Francia, llamado Felipe de Anjou, que pasó a llamarse Felipe V (1700-1746). Este nuevo monarca era heredero de la dinastía borbónica, de la casa real francesa.
Felipe de Anjou, primer Borbón en España como Felipe V.
Este cambio implicó una transformación y centralización de las actividades administrativas. Se intentó controlar más directamente a las autoridades regionales y para ello se crearon nuevos cargos, como los intendentes y subdelegados. Estos cambios hechos en España, también se hicieron sentir en Chile, como territorio dependiente de la Corona.
Además, durante su gobierno aplicó una nueva política comercial (en España y en sus colonias), que junto con la fiscal, estaban orientadas a lograr una administración más eficaz y mayores beneficios económicos para España.

Las nuevas leyes económicas aplicadas por el estado español recibieron el nombre de reformas borbónicas, las cuales consistieron principalmente en eliminar el sistema comercial de flotas y galeones remplazándolo por el de los Navíos de Registro. A partir de 1720, cualquier armador podía embarcar mercaderías hacia las colonias, pagando un derecho en el puerto de Cádiz y obteniendo la autorización de la Casa de Contratación.
Los navíos de registro hicieron más expedito el comercio entre España y América. Los precios de las mercaderías bajaron, aumentando el consumo, lo que provocó un flujo muy alto de metales preciosos desde América a Europa.
Las reformas continuaron. En 1765, bajo el gobierno del rey Carlos III, el más destacado gobernante de la Casa de Borbón, se autorizó la salida de barcos hacia América, desde varios puertos españoles, rompiéndose con esta medida el monopolio que habían tenido, primero Sevilla y luego Cádiz.
Siglo XVIII
En 1778, el rey Carlos III decretó el libre comercio en sus dominios territoriales. El establecimiento de esta medida tuvo por objetivo fortalecer y mejorar las relaciones de intercambio comercial con las colonias, ya que las antiguas medidas económicas, no habían tenido resultados positivos para el gobierno español. Como consecuencia de esta nueva política económica, se habilitaron otros puertos españoles para el intercambio comercial con las colonias americanas, lo que aumentó, casi diez veces, la llegada de embarcaciones mercantiles a América.
Las nuevas facilidades otorgadas al comercio significaron para América la llegada de gran cantidad de artículos que, hasta entonces, habían sido casi imposibles de obtener y comprar. La oferta creció considerablemente mientras la demanda, progresivamente disminuyó, provocando la saturación del mercado.
En el caso de Chile, a los puertos de Valparaíso y Concepción les fue permitido mandar buques directamente a puertos españoles.
Aparte de estas reformas económicas, Carlos III también hizo cambios de carácter político, los cuales repercutieron en la organización administrativa y en el control de las nuevas autoridades. En lo que se refiere a los gobernadores, llamados también capitanes generales en las regiones de mayor belicosidad indígena, se estableció un sistema de promociones para designar a aquellos funcionarios que habían hecho su carrera administrativa en América y, por ello, podían conocer mejor las necesidades de los diferentes territorios.
Carlos III, fiel representante del Despotismo Ilustrado en España.
En 1776 se dictó la Instrucción de Regentes, que creó en la Real Audiencia este cargo. Dicho puesto debía ser servido por un letrado, al cual le correspondía en adelante presidir con voz y voto el tribunal, instituyendo asimismo un fiscal de crimen. El papel del gobernador quedó por tanto reducido a un mero rol simbólico de presidente de la Audiencia.
También bajo el reinado de Carlos III, esta reforma implicó que los gobernadores coloniales fuesen substituidos por intendentes-gobernadores, sometidos en parte a la autoridad del virrey y a la del intendente general. Este nuevo sistema contribuyó a un mejor ordenamiento de las funciones de los antiguos gobernadores, pero también desplazó a los criollos de los puestos directivos más importantes, los que fueron reemplazados por funcionarios peninsulares (españoles).
En Chile la ordenanza se puso en práctica en 1786. El territorio quedó así dividido en dos provincias o intendencias. Santiago, cuyo intendente fue el gobernador y que abarcó territorialmente desde Atacama al Maule, y Concepción, desde el Maule hasta la Frontera en la Araucanía. Valdivia permaneció bajo un gobernador designado directamente por el virrey, mientras que Chiloé, a partir de 1768, quedó también bajo la dependencia del virrey del Perú.
Las reformas borbónicas produjeron un resultado paradójico en todas las colonias españolas: por un lado, incrementaron los ingresos destinados a la metrópoli; por otro, dejaron a una sociedad desprovista de recursos.Fue en medio de esta situación que sobrevino la coyuntura de las guerras de independencia (1808-1814) en las colonias americanas, que obligaron a la Corona española a la búsqueda frenética de recursos para financiarlas, pero se encontró en medio de una sociedad empobrecida y poco dispuesta a colaborar, más bien dispuesta a cortar los lazos con la península (España).

(Felipe de Anjou Primer Borbon)

6) El Cabildo
Fue una de las primeras instituciones que España llevó a América. Fueron el trasplante a América de los municipios españoles de la Edad Media, los cuales eran cuna y defensa de las libertades populares. Los cabildos eran instituciones urbanas que existían en Castilla. Apenas los españoles fundaban una ciudad, se creaba el cabildo. Eran entidades importantísimas, porque representaban a la comunidad y derivaban su nombramiento de ésta, y -caso único- no del rey (debe recordarse que todos los nombramientos los hacía personalmente el rey). El cabildo se ocupaba del gobierno de las ciudades.
Títulos y jerarquía
Jerarquía en la Administración Colonial española
Durante los primeros tiempos de la conquista era corriente que capitanes exploradores, descubridores y conquistadores usaran el título de adelantado. Ejemplos de ellos fueron Vasco Nuñez de Balboa, adelantado del Mar del Sur, en 1514; Pedro de Alvarado, en 1527, adelantado, gobernador y capitán general de Guatemala; Diego de Almagro en 1535, adelantado, gobernador y capitán general de Nueva Toledo (Chile).
El título de adelantado iba asociado con el de gobernador y capitán general, porque a quienes se les otorgó el título, generalmente se les encomendó la exploración, descubrimiento y conquista de un determinado territorio.
Estos gobernadores, llamados "lugartenientes” generalmente tuvieron la facultad de repartir las tierras y los solares, otorgar encomiendas de indios, dictar ordenanzas y ejercer la jurisdicción civil y criminal; en síntesis, la suma del poder. Tenían funciones y atribuciones muy parecidas a las del virrey. Eran nombrados por el rey, en consecuencia eran su representante personal. Su jefe inmediato era el virrey, pero podía dirigirse directamente al rey cuando lo considerar necesario.
Una vez que la Corona intervino en las Indias y dio una nueva estructura e instituciones de gobierno, las gobernaciones se mantuvieron con carácter de subordinadas a los virreyes, con lo cual perdieron la iniciativa y se transformaron sólo en órganos administrativos que repetían, en jurisdicciones más pequeñas, las funciones de gobierno ejecutivo que el virrey cumplía en la zona de residencia del virreinato. Esta dependencia, aunque mantuvo la norma de un gobernador nombrado por el rey, implicó que, en determinados casos, este nombramiento pudiese ser realizado por el virrey.
Lo mismo pasó con el cargo de capitán general, primero asociado de adelantado y gobernador, y más tarde, reservado para algunos gobiernos con zonas dominadas por indígenas guerreros y rebelados con proliferación de corsarios, piratas o filibusteros en sus costas.
El cargo de presidente tenía directa relación con todas las Audiencias en las cuales era ejercido por los virreyes o por los gobernadores. Sin embargo, adquiría especial importancia en las Audiencias subordinadas o presidenciales.
Durante el siglo XVIII, a raíz de las reformas introducidas por la nueva dinastía de los Borbones, se creó el cargo de intendente, institución de origen francés, implantada y experimentada previamente e España desde 1749. Este funcionario, que sustituyó a gobernadores y corregidores, recibió facultades relacionadas con el gobierno, la hacienda y los asuntos militares y de justicia.
El oidor era nombrado por el rey y actuaba en la administración colonial a través de la Audiencia. Un oidor debía recorrer la provincia con el fin de controlar la realización del buen gobierno del territorio. Asesoraba al virrey como consultor sobre materias de gobierno.
El corregidor era el funcionario que representaba la autoridad real y presidía el Cabildo. Además administraba justicia en las ciudades pequeñas. Existían, también, los corregidores de indios que tenían autoridad sobre la población indígena, actuando como policías y controlando el régimen de trabajo.
4) Capitanías generales y gobernaciones
Las capitanías generales fueron territorios dirigidos por un jefe militar que desarrollaba el poder civil y judicial. Durante la Colonia eran cuatro capitanías generales: Santo Domingo, Guatemala, Venezuela y Chile.
Por último, las gobernaciones eran gobiernos creados en territorios ya pacificadas. El poder lo ejercía el presidente de la Real Audiencia, como era el caso de Ecuador y Bolivia.
Teniente de gobernador: Era el encargado de ejecutar soberanía y establecer poblados en nombre del Gobernador.
Por ejemplo, Francisco de Aguirre siempre cumplió celosamente las tareas encomendadas por Valdivia. El 20 de junio de 1549 fue nombrado teniente de Gobernador de La Serena, con la orden de refundar y repoblar la ciudad que había sido destruida por los indígenas en enero anterior, y también se le entregó el derecho de conceder encomiendas .
5) Las Audiencias
La Real Audiencia era el supremo tribunal de justicia durante la época colonial. Fue un organismo político-administrativo que residía en las principales ciudades de América. Formado por cuatro oidores o magistrados, era tribunal de primera instancia en algunos casos, y de apelación de las sentencias de los jueces inferiores. Se estableció en Chile en 1609.
Las Audiencias fueron el más alto Tribunal Judicial de Apelación en las Indias, con jurisdicción civil y criminal y con amplia competencia, ya que ésta solía extenderse a la jurisdicción eclesiástica. Sobre la Audiencia sólo estaba el Consejo de Indias, al que se podía recurrir únicamente en casos de muy elevada cuantía.
Las Audiencias tenían, además, que ocuparse de casos especiales, como los pleitos relativos a los intereses de los indios, para los que solían reservar dos días a la semana. En éstos, los naturales estaban exentos de gastos procesales y se les designaban abogados especiales para que los representaran.
Lo mismo ocurría con los recursos de fuerza (apelaciones a la justicia seglar ordinaria); éstos podían presentarse por los abusos cometidos en las decisiones judiciales de un tribunal eclesiástico. Le correspondía juzgar, en primera instancia, los juicios eclesiásticos de carácter secular, como los problemas relativos a la disposición de los diezmos, a las tierras de la Iglesia y otros semejantes. También veía las causas por los delitos cometidos por eclesiásticos que estaban regidos por la ley civil.
Finalmente, conocía, en primera instancia, los casos en que estuvieran en juego los intereses de la Corona y sus funcionarios, y en los llamados casos de corte, que eran una medida de protección al interés social. Debían ventilarse ante la Audiencia y no ante el tribunal del domicilio del demandado y constituían un privilegio en favor de los pobres, personas desvalidas y otras que litigaban en inferioridad de condiciones contra personas o instituciones importantes.
Cada Audiencia tenía un presidente, cargo que generalmente era ejercido por la autoridad política o militar de la zona. Así, el virrey o el gobernador, en su caso, presidieron las Audiencias ubicadas en la capital de su jurisdicción, aunque ciertas Audiencias subordinadas tenían presidente propio.
Los oidores eran los funcionarios que conformaban la Audiencia. Tenían por misión oír a las partes y a las autoridades y dictar sentencia en los casos que la ley así lo determinara.
Durante el siglo XVI las autoridades españolas llevaron a cabo una activa política de fundación de Audiencias en los territorios donde se fue asentando la conquista. De este modo, a fines del siglo, había tribunales establecidos desde La Española hasta Concepción, en Chile.
Las Audiencias más importantes coincidieron con los virreinatos en que fue dividido administrativamente el territorio americano: la de México (1527); la de Lima (fundada en 1542); Bogotá (1549), y Buenos Aires (1782).
3) El Virreinato:
América estaba dividida en virreinatos, capitanías generales y presidencias o gobernaciones. Los virreinatos eran gobernados por un virrey, quien fue el representante directo de la Corona. En el siglo XVI se establecieron en América dos virreinatos: el de Nueva España o México (1535) y el de Perú (1544); en el siglo XVIII se incorporaron otros dos: Nueva Granada (1717) y el Río de la Plata (1776).
El virreinato fue la máxima expresión territorial y administrativa que existió en las Indias. Se creó en las célebres Capitulaciones de Santa Fe, firmadas el 17 de abril de 1492 entre los Reyes Católicos y Cristóbal Colón. Este último recibió, en aquella oportunidad, el título de Virrey y Gobernador General de todas las tierras que descubriera, cargo que le fue reconocido a su regreso del descubrimiento por cédula de los Reyes Católicos otorgada en Barcelona el 28 de mayo de 1493. Sin embargo, la poca destreza demostrada por el almirante para gobernar aquellas tierras, hizo que la Corona lo destituyera de esos cargos en 1499 y le nombrara un sucesor, el cual no recibió el título de Virrey. En 1509, Diego Colón, hijo del Almirante, logró el reconocimiento del título de Virrey de la Isla Española y de las otras que fueron descubiertas por el Almirante, su padre. Pero este título era ya sólo honorífico.
El emperador, por cédula firmada en Barcelona el 17 de abril de 1535, nombró virrey de Nueva España y presidente de su Real Audiencia a Antonio de Mendoza, conservando Hernán Cortés el título de Capitán General, el que mantuvo hasta su muerte, acaecida en 1547. Este hecho consagró la costumbre de nombrar, para dicho cargo, a súbditos de la primera nobleza de Castilla, como continuó sucediendo durante los siglos XVI, XVII y los primeros años del XVIII. Más tarde, durante el siglo XVIII, comenzó a prevalecer la carrera burocrática y fueron nombrados virreyes funcionarios que no pertenecían a la Vieja nobleza española, por lo que el rey, muchas veces, los distinguió otorgándoles títulos de conde o marqués.
El propio monarca definió las facultades del virrey: "Representen nuestra Real persona, y tengan el gobierno superior, hagan y administren justicia igualmente a todos nuestros súbditos y vasallos y entiendan en todo lo que conviene al sosiego, quietud, ennoblecimiento y pacificación de aquellas provincias".
El virrey era la máxima autoridad existente en las Indias, por lo que gozaba, en el territorio que se le había asignado, de las mismas facultades que el rey, aunque las instrucciones para su gobierno las recibía directamente del Consejo de Indias.
Por su cargo, ejercía la potestad ejecutiva, le correspondía el gobierno superior del virreinato, en general, y la administración interior, en particular, cuidando especialmente de la paz, sosiego y quietud de todos sus habitantes, del ejercicio del patronato, de las obras públicas, de la defensa de su territorio y de la protección y evangelización de los naturales. El monarca agregó en sus cédulas que daba a los virreyes todo el poder necesario para desempeñar su cometido y les daba su “palabra Real de que todo cuanto hicieren, ordenaren y mandaren en nuestro nombre, poder y facultad, lo tendremos por firme, estable y valedero para siempre jamás".
En su calidad de vicepatrono de la Iglesia, al virrey le corresponda ejercer todas las funciones del Patronato Real en calidad de delegado. Respecto de la Real Hacienda, tenía el control y vigilancia del cobro y administración de las rentas del rey como superintendente de ellas. Finalmente, en lo que toca a la defensa del territorio, sobre su persona recaía el mando supremo de las fuerzas de mar y de tierra, incluido el mando de las Reales Armadas que llegaran desde España con sus almirantes, como lo ordenaba la cédula del 17 de enero de 1593.
Con respecto a sus funciones legislativas, podía crear leyes mediante ordenanzas. Éstas, sin embargo, no podían contradecir las que dictaba el propio monarca o el Consejo de Indias en su nombre.
Los virreyes eran designados como propuesta del Consejo de las Indias. Debían proceder de la alta nobleza. La corona española eligió sus mejores servidores para que ocuparan este cargo que significaba una gran responsabilidad. El virrey era el representante personal del rey y por lo tanto depositario del Poder real.
2) La Casa de Contratación
Con sede en Sevilla primeramente y luego en Cádiz, tenía a su cargo la organización del tráfico comercial entre España y América. También le correspondía preparar al personal para estudiar y desarrollar la cartografía y continuar las investigaciones de reconocimiento del continente americano. Además debía controlar el proceso migratorio hacia el Nuevo Mundo.
La Casa de Contratación era una institución compuesta por un importante número de funcionarios, fue creada para llevar a cabo la política de Monopolio comercial de España. Ésta legitimó su dominio sobre los territorios descubiertos, e intentó impedir que otro reino europeo pudiese obtener las eventuales riquezas a descubrir. Como fue la Corona de Castilla la que se adjudicó los territorios, el puerto de Sevilla, situado al interior de Andalucía y a orillas del Guadalquivir, adquirió la misión de controlar el monopolio. Se eligió este puerto fundamentalmente por dos razones: estaba a salvo de los ataques de los corsarios y de los piratas, y era un puerto castellano. Más tarde, en 1717, Sevilla fue reemplazada por Cádiz, puerto que tenía mejor acceso, pero que se encontraba expuesto a los ataques de piratas y corsarios.
La Casa de Contratación se fundó por cédula del 20 de enero de 1503. Una de sus obras fue la creación de una escuela náutica y de estudios geográficos.
Entre las atribuciones de la Casa de Contratación se encontraban:
a) Control de todo el tráfico comercial de flotas y galeones entre España y América.
b) Registro de todos los que venían a América, evitando el paso de aquellos que no eran cristianos.
c) Jurisdicción civil y criminal durante la travesía de las naves.
d) Tribunal de comercio encargado de aclarar todos los problemas de tipo económico y comercial que tuviesen relación con América.
En 1790, la Casa de Contratación fue suprimida a raíz de la implementación y aplicación de las Ordenanzas de Libre Comercio, que inhabilitaban el principio de monopolio comercial.
El sistema político-administrativo que se estableció en América fue un modelo creado por España. Las instituciones clásicas del mundo español tendieron a mantener las características esenciales en estas nuevas tierras, aunque los criollos y peninsulares tendieron a transformarlas de acuerdo a su realidad.
El rey estuvo a la cabeza de toda la institucionalidad administrativa, jurídica y política. El Consejo de Indias gobernó América por orden real. Para poder controlar y fiscalizar América, la Corona creó, a medida que fue necesario, toda una institucionalidad, parte con residencia en España y parte en América.
La política administrativa fue creada durante la Colonia, época que sigue a la Conquista. A través de ella la población se dedicó a cultivar la tierra, a explotar los minerales, a la actividad comercial y a fortalecer el crecimiento de las ciudades. En virtud de ello surge la prosperidad que a su vez permite el desarrollo de la vida social y cultural.
El período colonial abarca, tanto en América Hispana como en Chile, aproximadamente, desde mediados del siglo XVI hasta los inicios del siglo XIX.
Los vínculos de América con España estuvieron regulados por instituciones que representaban la autoridad y el poder del rey en estas tierras, ya que ellas eran posesiones de la corona y no del pueblo o nación hispana. Así había quedado dispuesto en la Bula Papal Inter Caetera de 1493. Las Indias, como fueron llamadas, pasaron a constituir un bien público que los reyes no podían enajenar o vender, como podían hacerlo con sus otros reinos. Los monarcas se denominaban comúnmente como los reyes de España y de las Indias, para dejar establecida la diferencia entre la administración en territorio español y americano. Sus autoridades no estaban vinculadas entre sí y obedecían jerárquicamente a una sola autoridad que era la persona del rey.
El monarca Carlos V, en 1524, definió una administración para las Indias, creando instituciones que funcionarían en territorios españoles y otros en territorios americanos.
Los organismos que administraron América fueron:
- Consejo de Indias- Casa de Contratación- Virreinatos- Capitanías generales-Gobernaciones- Audiencias- Consulado- Cabildo
El Consejo de Indias y la Casa de Contratación eran organismos que funcionaban en España, mientras que el resto estaba establecido en América.
Administración Colonial española
1) El Real y Supremo Consejo de Indias:
En 1519, se estableció en el Consejo de Castilla una oficina destinada a resolver los asuntos de las Indias. De ellas surgió el Consejo de Indias (Valladolid, 8 de marzo de 1523), cuyo primer presidente fue el cardenal García Jofré de Loayza, nombrado el 1º de agosto de 1524.
Las primeras disposiciones respecto de la organización de este nuevo organismo son de 1526. Las Leyes Nuevas de 1542, dictadas en favor de los indios, dedicaron sus nueve primeros títulos a establecer las ordenanzas definitivas que el Consejo necesitaba. Por último, el 24 de septiembre de 1571 se dictó una nueva ordenanza que reorganizó esta institución. Aunque hubo modificaciones en 1636 y 1680, se estima que las de 1571 presidieron la época de mayor auge del Consejo.
El Consejo no tuvo en sus primeros tiempos una residencia fija. Generalmente seguía a la corte en sus desplazamientos. Cuando en 1561 Madrid pasó a ser la residencia estable del rey, éste se instaló en El Escorial, mientras el Consejo lo hacía en el Alcázar Viejo. Más tarde el Consejo pasó a residir en el Palacio de “los Consejos”.
Las atribuciones del Consejo de Indias, establecidas por el rey, se resumieron en la Ordenanza Nº 2 de 1571. En ella se señalaba qué funciones tocaban el ámbito de lo ejecutivo, lo legislativo y lo judicial, realizando sus actuaciones en nombre del rey.
Al Consejo de Indias le correspondió llevar a cabo dos sistemas de control de la realidad americana. Uno de ellos fue el Juicio de Residencia o examen judicial al cual eran sometidas todas las autoridades al término de sus respectivos gobiernos. Consistía en una rendición de cuentas que se hacía a través de un funcionario delegado, el cual, en el lugar donde había actuado el funcionario examinado, escuchaba a los posibles agraviados. El Consejo aprobaba o rechazaba el informe presentado de acuerdo a los antecedentes reunidos. Si el juicio era negativo, podía implicar el término de la carrera del funcionario. Si, por el contrario, resultaba favorable, lo habilitaba para ascender de grado.
El segundo sistema estuvo constituido por las visitas. Éstas consistían en viajes de inspección, que podían ser generales, cuando se hacían a un virreinato o a una capitanía general, o específicas, cuando se realizaban para inspeccionar la gestión de un funcionario o un suceso particular. Constituían una medida excepcional y, como tal, se la reservó para hechos de primera y grave importancia.
Como organismo legislativo para América, el Consejo de Indias era el encargado de elaborar las ordenanzas, reales cédulas y otros documentos normativos. Como poder judicial, tenia la función de árbitro en los conflictos de competencia surgidos entre las Audiencias, los de las Audiencias con la Casa de Contratación, o los conflictos que se suscitaban entre estos organismos y los particulares. Como tribunal de apelación, era la última instancia para los pleitos entre particulares por sumas superiores a los seis mil pesos de oro.
En el siglo siguiente, este organismo experimentó una serie de transformaciones, ocasionadas por las reformas borbónicas. Éstas, al crear en 1717 la Secretaría del Despacho Universal de Indias, dejaron al Consejo como una instancia meramente consultiva.
Durante los primeros años del siglo XIX, el Consejo de Indias fue afectado por las alteraciones políticas ocurridas en la Península. Fue eliminado en 1809, reestablecido el año siguiente y suprimido otra vez por la Constitución de Cádiz en 1812. Al volver, en 1814, Fernando VII de su destierro, el Consejo reinició su funcionamiento, desapareciendo definitivamente en 1834.
El real y supremo Consejo de las Indias estaba integrado por un presidente, cinco consejeros y un fiscal. Su función principal era la legislatura, vale decir, formular las leyes para las Indias. Además sugería al rey el nombramiento de los funcionarios superiores para representarlo en los territorios americanos.

La colonia en Chile

La Colonia es el nombre dado al periodo de la historia de Chile que comprende entre los años 1601 y 1810. Comenzó con el Desastre de Curalaba, según algunos historiadores, en el cual se ubica el fin de la Conquista. Se debe destacar que este cambio fue un proceso cultural y psicológico. Durante este periodo se vivió bajo la soberanía del Reino de España, su Metrópoli. La Colonia terminó en 1810 con la Primera Junta de Gobierno de Chile, presidida por Mateo de Toro y Zambrano.